Solemnidad de la Epifanía

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Solemnidad de la epifanía

Fuente: El Informador

Fecha: 8 enero 2023

Foto:  Canva @jorisvanschooten. The adoration of the Magi. Courtesy of Rijksmuseum, Eurpeana.

E

pifanía significa en griego “manifestación de lo alto”. Se utiliza en ocasiones como sinónimo de teofanía, es decir “manifestación de Dios”. La fiesta se celebra en el calendario litúrgico el 6 de enero. Como no es día feriado, la solemnidad se pasa al siguiente domingo.

La Iglesia reconoce en esta celebración una “manifestación” importante de Dios, es decir, un mensaje fundamental para los creyentes. La lectura de este día nos presenta el relato de los tres sabios de oriente que vienen a conocer y “adorar” al rey de los judíos que ha nacido. El primer mensaje es que todos los pueblos están convocados a conocer y adorar al “rey de Israel”. Recordemos que los sabios de oriente (a quienes popularmente llamamos los “reyes magos”) no pertenecían al pueblo judío ni a su religión, eran paganos. Sin embargo, tuvieron la sensibilidad de percibir que Dios venía a su encuentro y se pusieron en marcha, por encima de las dificultades, para encontrarlo. Su hambre de Dios y disponibilidad contrasta con la insensibilidad y dureza de corazón de Herodes, los sumos sacerdotes y escribas. Mateo nos presenta esta paradoja: el pueblo elegido rechaza al Salvador mientras que los extranjeros paganos lo buscan y finalmente lo encuentran.

El segundo mensaje tiene que ver con la aparición, desaparición y vuelta a aparecer de la estrella que guía a los sabios. Han visto a la estrella que hasta entonces les ha guiado. Van de manera natural a la capital real de Judea, Jerusalén, pensando encontrar ahí al rey recién nacido. Pero Mateo nos indica que en Jerusalén la estrella parece desaparecer. Es sólo cuando abandonan ese lugar de poder político y religioso que vuelven a ver la estrella, “llenándose de inmensa alegría”. La enseñanza es clara: la presencia de Dios es muy difícil de discernir en los ambientes de poder. Es más probable encontrarlo en lo sencillo y humilde.

Finalmente está el mensaje de los regalos. La literatura cristiana pronto ofreció una interpretación a cada regalo: oro, propio de los reyes, porque el niño es rey; incienso, que se ofrecía a Dios, porque el niño es de origen divino y digno de ser adorado; finalmente la mirra, usada en ese entonces como analgésico, para indicar que sería un rey sufriente. En resumen: el pequeño niño en brazos de una familia pobre y migrante es en realidad nuestro rey, Dios, y mesías, que asumiendo sobre sí los sufrimientos del mundo nos libera y nos da vida.

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